FUNDAMENTOS


4/6/15

4/6 D. JOSÉ GÁMEZ MARTÍN



 
Esta tarde en el Excmo. Ateneo, don José Gámez Martín, filólogo y estudioso de nuestra historia y tradiciones, nos introduce en la institución Eucarística en nuestra ciudad, en la que es todo un erudito. La festividad del Corpus Christi se debe a la bula papal de Urbano IV de 1264 tras brotar gotas de sangre de la Hostia Consagrada en la celebración de la misa. Este hecho se convirtió en una de las celebraciones religiosas mas importantes del catolicismo. En Sevilla sería tras su reconquista por el Rey Fernando III de Castilla cuando se establecen las prácticas sacramentales y litúrgicas, y ya en el siglo XVI, se comienza a configurar el futuro de la procesión eucarística con calles engalanadas, acompañamiento y representaciones. Con la canonización del Rey Fernando III en 1671 por Clemente X, se respaldaba su determinación de cristianizar el territorio ocupado y reconquistado, por ello se representa al Santo Rey sobre un pedestal con los escudos del Ayuntamiento y del Cabildo Catedral. En todo este acontecer tiene mucho que ver una persona a la que tanto se debe, Teresa Enríquez de Alvarado, la Loca del Sacramento, promotora de la primera hermandad Sacramental en Sevilla, la del Sagrario y la primera en la Roma Papal. Esta festividad ha sido por siglos la fiesta sevillana por excelencia, llegando a celebrarse tanto en la calle como en la intimidad de los conventos de clausura, pero como siempre y hoy no es la excepción, se ha conjugado perfectamente lo religioso con lo profano, de ahí la participación de danzantes en la procesión, metafóricamente se podría decir que es la representación de todos los estamentos de la sociedad civil, militar y religiosa. Pero siendo importante la procesión, se desconoce la fecha de su instauración, se supone que sería durante el reinado de Alfonso X pero no hay apoyo documental al respecto, aunque Ortiz de Zúñiga la sitúa en 1389 por un asiento en los libros contables de la Santa Iglesia Catedral. En todo caso la fecha de inicio de esta primera celebración en las calles sevillanas carece de valor, lo importante es que desde siempre ha sido respaldada por el pueblo con su participación, las calles se engalanaban y hoy aún persiste esa tradición, se cubría el suelo con plantas aromáticas, el romero y la juncia, en su momento el Cuerpo de Cristo se colocaba en un arca de madera a la que acompañaba la nobleza, se incluían elementos profanos cómo los Gigantes y Cabezudos, aún siguen haciéndolo en la procesión de Toledo, o carros en los que se representaban Autos Sacramentales. En el siglo XVI ya aparecen en la procesión San Leandro y las Santa Patronas, Justa y Rufina, y ya en el XIX, comienzan a aparecer otras figuras representativas del santoral sevillano cómo San Fernando, San Isidoro y la Inmaculada. En cuanto a las reliquias que aparecían en el cortejo, solo queda la Santa Espina que podemos ver en la Custodia Chica. La procesión del Corpus es toda una representación artística, cómo el Niño Jesús de Martínez Montañés que se encuentra en la Iglesia del Sagrario, la Custodia de Arfe, una extraordinaria obra de arte de mas de tres metros de altura y trescientos kilos de plata que consta de cuatro cuerpos, en el primero aparece la Iglesia militante y toda una serie de escenas en relieve de las Sagradas Escrituras, además de los Padres de la Iglesia, Santo Tomás y San Dámaso, en el segundo cuerpo, lo mas importante, el Viril en el que se encuentra Jesús Sacramentado rodeado por los Evangelistas y Santos vinculados a nuestra ciudad, en el tercer cuerpo la Iglesia Triunfante y en el cuarto la representación de la Santísima Trinidad y coronando el conjunto la figura de la Fe. Mención aparte merecen los Seises y su participación en la Octava del Corpus, una bellísima tradición que se mantiene a día de hoy. Hasta aqui lo expuesto por el señor Gámez y como siempre su generosa participación es sumamente ilustrativa, como lo que hoy nos ha propuesto, una extraordinaria representación religiosa en la que el pueblo participa activamente y ojala logremos que se mantenga a través de los tiempos. Una vez mas nuestro ponente con la claridad de su léxico y cercanía al auditorio, nos ha permitido introducirnos en la significación de una realidad, mostrar nuestra devoción al Cuerpo de Cristo procesionando por nuestras calles.