Esta tarde en el Real Círculo de Labradores, el catedrático
de Farmacia, don Joaquín Herrera Carranza, nos ha hablado sobre dos
personajes sobresalientes del siglo XIX, Don Antonio María Fabié y Escudero,
nacido en Triana en 1832, y su padre, nacido en Ayamonte en 1797, Don Antonio
María Fabié y Gálvez,. Ambos personajes por sí solos merecerían una
conferencia, por ello sobre la figura del padre pasa nuestro ponente haciendo
referencia a su proceder en favor de su hijo, al que Sevilla le dedica una
calle en su Triana natal, Fabié. Fabié y Escudero fue una persona que gustó de
cultivar el conocimiento a través de sus estudios, una vez terminada en Madrid la
carrera de Farmacia y Ciencias Naturales por indicación de su padre, cuya
farmacia estaba situada en la antigua calle de Santo Domingo, hoy San Jacinto,
en su tramo más cercano al Altozano y en la que pretendía que su hijo fuera el
digno sucesor. Durante su etapa en la capital de España mientras estudiaba, entabló
una cierta amistad con Cánovas del Castillo, quien con el tiempo lo adoptó cómo
íntimo amigo y confidente, a propuesta de éste, se inició en el estudio de la
Carrera de Leyes, previa solicitud del permiso paternal, mas tarde estudió
Filología y se dedicó al periodismo, siendo un erudito en cuantas disciplinas
emprendía. Esta mente privilegiada no pasa desapercibida por lo que consigue
escalar profesionalmente puestos de mayor responsabilidad. Dotado de una gran
elocuencia, son conocidos sus discursos en el Congreso, nombrado Fiscal de la
Deuda, Presidente del consejo de Estado, Tribunal Supremo y Ministro de Ultramar en 1890. Su sabiduría
y conocimiento son reconocidos y pasa a ser miembro académico de las
Academias de Historia y de la Lengua. Su último destino fue el de Gobernador
del Banco de España, último destino porque en una de sus citas con el Ministro
de Hacienda sufrió una hemorragia cerebral dejándole las tristes secuelas que
todos podemos comprender, falleciendo unos días después, el 3 de diciembre de
1899. Esto ha sido a grandes rasgos lo que el señor Herrera Carranza nos ha
transmitido sobre este personaje, que además es el protagonista de su discurso
de ingreso en la Real Academia de Farmacia, Santa María de España de la Región
de Murcia. Del señor Fabié nos queda además una amplia bibliografía, libros,
tratados y artículos de variada temática, política, viajes, leyes, lengua,
además del que se refiere a sus recuerdos de Sevilla. Fue un erudito en cuantas
parcelas cultivó, sus persistente labor mental la resume en uno de sus
discursos, era una persona que se asomó a las ventanas de todas las ciencias.
Magnifico epílogo a una vida plena y generosa en la búsqueda del conocimiento
de un sevillano, quizás desconocido para la mayoría de los sevillanos, aunque
hoy la sencillez extrema de nuestro conferenciante nos ha permitido conocer mas
extensamente. Sobre el padre, Antonio María Fabié y Gálvez, es preciso conocer
que fue concejal de nuestro Ayuntamiento, Presidente del Ilustre Colegio de
Farmacia de nuestra ciudad y que regentó su Farmacia en Triana. Su llegada a
Sevilla, ciudad de procedencia de su madre, vino provocada por la epidemia de
fiebre amarilla que padeció Ayamonte y la muerte de su padre por la enfermedad.
En su nuevo domicilio, le tocó luchar contra los franceses, dedicado por fin a
la Salud Pública fue encargado de velar desde el Ayuntamiento a salvaguardar a
Triana de la amenaza de epidemia de fiebre amarilla. En definitiva en ambos
personajes, padre e hijo, se conjugan sus desvelos por aplicar sus
conocimientos por el bien de todo un pueblo. Ha sido una extraordinaria
conferencia la que hoy nos ha impartido nuestro ponente, permitiéndonos conocer
a dos personajes un tanto olvidados en la memoria histórica de nuestra ciudad,
cómo ocurre con otros tantos personajes sevillanos de ayer y hoy. Enhorabuena.