FUNDAMENTOS


1/12/14

1/12 D. JUAN ANTONIO HUGUET PRETEL

Hoy en el Círculo Mercantil hemos celebrado uno de esos actos que deja a su finalización ese regusto de placer por lo que hemos visto y nos ha comentado en este caso el Profesor don Juan Antonio Huguet Pretel, profesor de Bellas Artes y pintor reconocido, hoy nos ha hablado sobre las Inmaculadas de Murillo. Bartolomé Esteban Murillo es quizá el pintor que mejor define el Barroco español. Nació en Sevilla a finales de 1617 como ya sabemos y donde pasó la mayor parte de su vida. La fecha exacta de su nacimiento es desconocida pero debió ser en los últimos días del año ya que fue bautizado el 1 de enero de 1618 en la iglesia de la Magdalena. La costumbre en la Edad Moderna era dar el bautismo cuanto antes ya que la mortalidad infantil era muy elevada. Tras la muerte de sus padres en corto espacio de tiempo, Murillo inicia su aprendizaje artístico con Juan del Castillo, casado con una prima de su madre, en cuyo taller de la plaza del Pozo Santo, permanecerá cinco años. Del Castillo no era un artista de primera fila pero sus trabajos eran respetados en el ambiente artístico sevillano y tenía un buen número de encargos, colaborando en su taller se encontraba Alonso Cano. Los primeros cuadros de Murillo están muy influenciados por el estilo de su maestro como se puede apreciar en la Virgen entregando el rosario a Santo Domingo. Hasta el presente se considera esta obra como la más temprana de las que conocemos de nuestro pintor ya que fue pintada entre 1638 y 1640. Sevilla en esa época era una ciudad que gozaba de un gran nivel intelectual y artístico, gozaba de las riquezas que llegaban a su Puerto de Indias, con lo cual se producían cuantiosos encargos, tanto de congregaciones religiosas como de adinerados que querían tener en su propia capilla una pintura de índole religiosa. A pesar de haber sido un pintor famoso y popular, son muy escasos los documentos y referencias que nos hablan de él. De él dicen las crónicas que no solo fue favorecido del cielo por la eminencia de su arte, sino por las dotes de su naturaleza, de buena persona y de amable trato, humilde, modesto, sereno y paciente, nada presuntuoso, quizás estas condiciones son las que le hacen ser el pintor por el que los sevillanos se sienten más identificados. Pero solo con estas condiciones no hubiera realizado los cuadros que podemos admirar, contaba además con una sensibilidad artística notable e ideales religiosos profundos. Estas cualidades le llevan a pintar sus lienzos más conocidos, las Inmaculadas, nada fáciles de pintar, él pinta la pureza, lo etéreo, lo irreal. La crisis económica que vive la ciudad en 1650, no impide que los encargos continúen a buen ritmo, aunque sería el clero el que demandaría un mayor número de pedidos, siendo uno de los más importantes el enorme lienzo de la Inmaculada Concepción, conocida por la Colosal por su enorme tamaño, para situarla en el arco triunfal de la iglesia de los Franciscanos. Cuando el artista presentó el trabajo una vez terminado a los monjes, éstos no lo encontraron de su gusto ya que la hallaron tosca y poco acabada, negándose a aceptarla. Murillo solicitó permiso para colocar el lienzo en su lugar correspondiente y una vez situado en el arco fue del total agrado para sus clientes. Murillo muestra en esta obra uno de sus primeros intentos por renovar la iconografía de la Inmaculada, incluyendo el dinamismo y el movimiento característico del Barroco. Cuando Francisco Pacheco dictó las normas iconográficas que habían de regir la pintura sevillana, consideró que la Virgen se debía pintar en la flor de su edad, de doce a trece años, hermosísima niña, nariz y boca perfectísima y rosadas mejillas, los bellísimos cabellos tendidos, de color de oro. Murillo siguiendo las normas del suegro de Velázquez pinta su Inmaculada del Escorial, una de las más atractivas de su producción. Otras Inmaculadas que se pueden admirar son la de los Venerables, la del Escorial, la conocida como la Niña, la del Padre Eterno y otras. De todas ellas nuestro profesor, todo un experto, nos ha ido haciendo el oportuno comentario que nos ha permitido interpretar lo que nos ha proyectado. Enhorabuena por la magnifica conferencia que nos ofrecido con la que hemos disfrutado.