Hoy
en el Excmo. Ateneo y siguiendo con el ciclo dedicado a la Navidad nos ha
visitado el que representará al próximo Rey Melchor en Morón de la Frontera, Don
Felipe López Rincón, una proclamación muy acertada por su copiosa
actividad docente y cultural en esa villa y que también celebramos, hoy nos ha
visitado para hablarnos de la Navidad en las Bellas Artes. Son muchas las
manifestaciones al respecto que podemos admirar, artistas de la talla de
Velázquez, Murillo o Herrera el Viejo, nos han dejado lienzos en los que
podemos ver su sensibilidad a la hora de plasmarlos, la dulzura y bondad de la
Sagrada Familia, la Adoración de los Pastores o la Adoración de los Reyes
Magos. Es tiempo de ser generosos con los mas desafortunados, prestarles la
atención que se merecen y al menos proporcionarles un mínimo de esperanza, que
impere el espíritu de la Navidad. Llega la Nochebuena, la noche más luminosa,
esos reflejos anuncian que ha nacido la Luz, el Salvador, el Niño Jesús, por
ello nuestras calles y hogares se engalanan y numerosas luces nos indican que
el momento ha llegado, es época de reencuentros, de perdonar y hacernos
perdonar algún desencuentro. La fecha exacta del nacimiento de Jesús era
desconocida hasta que en el Concilio de Nicea en el año 325 se establece que el
Niño Jesús nace el día 25 de diciembre, sin embargo esta efeméride tan
celebrada en el mundo cristiano, no fue siempre así, hasta el siglo VI lo sería
la Pascua de Resurrección. Una tradición tan nuestra como la de los Nacimientos, la popularizó Carlos
III entre la nobleza, extendiéndose mas tarde a todas las capas sociales, pero el gran
impulsor de esta entrañable costumbre sería San Francisco de Asís, quien tras
una peregrinación a los Santos Lugares quedó tan impactado de lo que vio y
sintió, que la celebración de la Eucaristía en la Nochebuena de 1233 la
envolvió con la representación del Portal de Belén, un pesebre con la mula y el
buey, quedando desde entonces establecido el origen de lo que hoy conocemos
como Nacimiento, una idea que propagaron los franciscanos en todos los lugares con la ayuda de las hermanas clarisas.
Hasta el siglo XV sólo aparecía el Niño Jesús en su pesebre, a partir de
entonces se completaría con el resto de figuras. Mas tarde serían los pastores,
además de la Sagrada Familia, los que tendrían un gran protagonismo en esta
escena, al igual que los Magos de Oriente. En otros lugares, como el norte
Europa, se celebra la llegada de Santa Claus, una figura inspirada en San
Nicolás de Bari, obispo de Turquía, personaje de gran bondad y generoso con los
pobres, cuenta la leyenda que en cierta ocasión dejó una bolsa con monedas de
oro en la puerta de una familia que estaba sufriendo cierta penuria económica y
no disponía de dote para casar a su hija, ese acontecimiento se celebró tras
recoger el regalo y quedando de esta manera la costumbre de regalar en estas
fechas. Entre nosotros la figura del gordinflón cobra fuerza pero no consigue
desterrar una tradición tan entrañable como la nuestra, la presencia de los
Reyes Magos, en la que pequeños y mayores viven con ilusión su llegada. Como
siempre Felipe nos ofrece un extraordinario repertorio de obras de arte
alusivas al tema propuesto, pero son sus comentarios los que verdaderamente nos
enriquecen. Felicidades.