FUNDAMENTOS


3/12/14

3/12 Dª SOLEDAD PORRAS CASTRO



 
Hoy en el Excmo Ateneo hemos tenido la oportunidad de recibir a una sevillana, magnifica embajadora de nuestra ciudad en su tierra de adopción, Valladolid, de cuya Universidad es profesora, Doña Soledad Porras Castro, licenciada en Filología Italiana. Hoy nos ha acompañado para hablarnos sobre la Sevilla de sus recuerdos, unos recuerdos de su juventud ya que pronto tuvo que marcharse de la ciudad, pero recuerdos muy intensos, unos recuerdos que como nos dice es un álbum en el que sus fotografías todas en sepia mantienen vivo el feliz pasado. Nace en la calle Adriano y como es lógico se siente cercana al mundo del toro y fiel seguidora del torero por excelencia, Curro Romero, poesía del arte de torear, recuerdos de su barrio del Baratillo, la churrería del Postigo del Aceite en la que junto a su padre desayunaban los domingos sus extraordinarios churros, la tienda de ultramarinos el Reloj, del que afortunadamente se mantiene el rótulo, un rótulo que perdurará en el tiempo, toda una joya, comercios como esos se mantienen vivos en nuestra memoria, son comercios con personalidad, la Plaza de Molviedro o Triana, los olores del invierno a castañas asadas o alhucema. Sevilla es un conjunto de agua y luz o como decía Machado, Sevilla es una armonía de luz, Sevilla también es color y aroma, el albero, único en el mundo, el jazmín y su aroma inconfundible. Más tarde al aumentar la familia, se trasladarían a la calle Menéndez Pelayo y ahí encontraría su camino universitario, ha tenido un recuerdo cariñoso hacia sus profesores y compañeras de antaño. Siendo de Letras sería impensable que no mencionara otra de sus debilidades, la poesía, y más concretamente a Juan Ramón Jiménez, tanto es así que con ocasión del centenario de Platero y yo, escribió un artículo en la revista que el Museo del poeta en Moguer publica. Aunque buena conocedora de éste y de su obra, no menosprecia a otros personajes de esa Generación del 27, cómo Ortega y Gasset y los Hermanos Machado, o Vicente Alexandre para el que Sevilla es el olor del jazmín y para Gerardo Diego sería un color de copla y Luís Cernuda quería esconderse entre sus jazmines, Sevilla es una armonía de luz. Siendo sevillana es cofrade y devota del Stmo. Cristo de la Buena Muerte de la Hermandad de los Estudiantes y por supuesto de Santa Ángela de la Cruz, de cuyas hermanas de Valladolid nos ha traído su recuerdo, unas hermanas con una labor encomiable como la que aquí realizan, aunque en aquellas tierras el clima no es tan benigno como el nuestro. Ha sido magnifico haber podido contar con una persona como ella, con la que el salón absolutamente abarrotado ha ido asintiendo y corroborando unos recuerdos de un pasado no tan lejano, aunque hayan pasado ya cinco décadas, un pellizco nostálgico.