Hoy en el marco
solemne de la Iglesia del Buen Suceso y merced a la generosidad de la Comunidad
de Carmelitas Calzados, hemos celebrado nuestro acto dedicado a la Exaltación
de la Saeta y de las personas que hacen posible que esta oración cantada llegue
a los confines del universo cristiano. Para este recital hemos contado con la
inestimable presencia de Don Mario de la Blanca y el grupo de
saeteros que ha conseguido reunir para ofrecernos este magistral concierto
vocal. Su Exaltación comienza con “Entre aromas de azahar y ceras…”, y es
cierto, Sevilla no necesita calendario, simplemente mirando a nuestro alrededor
vemos que ya se acerca la Semana Santa, con sólo ver nuestros naranjos en flor
y el aroma que desprenden, ya notamos que la primera Cruz de Guía se está
preparando. El primer saetero es Manuel Barrera, su sublime saeta
dedicada al Cautivo de San Ildefonso, consigue captar nuestra atención con su
potente y clara voz. La saeta es el rezo, la plegaria o jaculatoria dirigida a
Dios Nuestro Señor, siendo una comunicación directa entre la Sagrada Imagen y
el saetero. A continuación será Rocío Bautista la que nos deleite
con su canto, una saeta dedicada a la Esperanza, su maravilloso tono, consigue
un canto de gran belleza, dulce y tradicional. Como en todo arte, es necesaria
la aparición del duende, un duende que se suele ver con asiduidad en
determinados momentos de nuestra Semana Santa y en su Cuaresma, como nosotros
lo hemos visto en nuestro recital. El siguiente en realizar su oración musical
es Ángel Díaz, una joven figura de este arte, con mucho futuro,
ya que posee una gran voz, mejor técnica y sumo gusto al cantar, hoy su saeta
se la ha dedicado a la Virgen de los Dolores. Sin solución de continuidad, será
Rosa Rodríguez la que nos cante, Rosa es la saetera de honor de nuestro
Curso, siendo la que anualmente nos canta en la ofrenda que realizamos ante la
Virgen del Valle en la mañana del Jueves santo. Hoy su saeta se la ha ofrecido
al Cristo de la Misericordia, su experiencia le lleva a conseguir el resultado
con el que nos hemos deleitado. A continuación será Francisco Javier
Pérez, otro saetero con una peculiar forma de interpretar su plegaria,
imprimiéndole fuerza y vitalidad, como no podía ser de otra forma al dirigirse
al Cristo de la Expiración. Tras éste sería Rosa Vergara la que
ofrezca su oración al Señor del Gran Poder, una saeta interpretada con suma
sensibilidad y dulzura, como suele ser habitual en su forma de cantar. Para
finalizar nuestro presentador tuvo un emotivo recuerdo a esa Virgencita que
vive en el Postigo del Aceite, una Virgencita de pequeño tamaño, pero Grande,
muy Grande, la devoción que despierta entre sus fieles, una devoción que un día
llegó a Roma e hizo que un Papa en su visita a Sevilla se postrara a sus pies.
Ha sido un placer haber podido asistir a este extraordinario recital,
magnificado por la acústica de este Templo del Buen Suceso. Enhorabuena y sumamente
agradecidos a todos ellos y a la Comunidad Religiosa.