Hoy en el Casino Militar hemos
celebrado un acto con el cual finalizamos nuestro ciclo Académico, aunque será
mañana miércoles en el Salón Colón del Excmo. Ayuntamiento la clausura oficial
por el Señor Alcalde Don Juan Ignacio Zoido. El emotivo acto de hoy es el
reconocimiento expreso de nuestra Institución a personas que de manera
continuada prestan su colaboración para que el Curso tenga en la Sevilla
cultural la categoría que hoy atesora, como es obvio, no pueden estar todos,
porque sería interminable la lista de personas que se brindan a ofrecernos lo
mejor de su bagaje profesional y cultural, simplemente es una muestra de ellos
y de compañeros que de manera generosa colaboran activamente para que las
setecientas personas que conforman este Curso de Temas Sevillanos estén
permanentemente informadas de todo cuanto acontece a lo largo del ciclo
académico. Hoy hemos contado con la inestimable presencia del Decano de
nuestros colaboradores, Don José María de Mena, el cual como es
habitual siempre que se anuncia su presencia, genera una gran expectación por
cuanto dice y como lo dice, sin ningún guión en el que apoyar su intervención
hace un extraordinario alarde de memoria para transmitirnos sus vivencias y
conocimientos de nuestra historia, todo ello muy interesante, como hoy ha sido
lo que nos ha contado sobre el pintor cordobés Julio Romero de Torres y la
protagonista de su obra mas emblemática, María Teresa López, más conocida como
la Chiquita Piconera. María San José, extraordinaria poeta, nadie
como ella para interpretar la poesía, no solo con la palabra, su dulzura, sus
gestos y la manera de mover las manos hacen de la poesía andaluza el reflejo
romántico y pícaro que tanto gusta. Teresa de la Luz y Manuel García,
componentes del grupo de Teatro Magaluz, añorado grupo que han decidido dejar
su faceta teatral, muy recordados porque han sabido interpretar como pocos las
obras de los hermanos Álvarez Quintero, en las que el estereotipo del andaluz
lo han interpretado de manera sublime para reírnos con él y no de él. En esta
nueva etapa les seguiremos disfrutando en otra faceta artística que también
dominan, la poesía. Matilde Gullón, nuestra sempiterna
secretaria, volcada en ofrecerse generosamente a todo aquél que necesite de
información del Curso, aunque últimamente una pequeña dolencia le ha restado
minutos de presencia en nuestros actos, pero siempre estará en nuestro corazón
por su desinteresada colaboración y las recetas culinarias que periódicamente
nos ofrece con ocasión de la revista hablada que tan magistralmente coordina
nuestra querida compañera Marisa Cerdá. Carmen Macías, otra
compañera que ha prestado su valía personal para conseguir con su
intermediación que podamos estar presentes en la extraordinaria Sala Joaquín
Turina para esos actos extraordinarios que tanta audiencia mantiene, aunque hoy
sus quehaceres le han impedido estar presente. José García Álvarez,
por su abnegada labor al frente de nuestro boletín y cuantos refrendos escritos
puedan interesar a los miembros del Curso, no es fácil su labor, proporcionar
una información interesante y de actualidad, sin repetirse, es difícil pero él
sabe como hacerlo. José Núñez Asencio, escritor y cronista que
nos presta su colaboración sin importarle dónde y cuando, con temas todos ellos
que nos hacen recordar con el pellizco nostálgico ese pasado reciente, que
aunque la penuria económica era evidente, lo poco que había se compartía con
alegría, o al menos él así nos lo narra con su gracejo innato. Gregorio
Moro Abril, taxista de profesión, hoy viene a nuestro Curso para
reconocerle el detalle, tras su incansable labor de búsqueda, de devolver un
bien que nuestro Director Don Antonio Bustos dejó olvidado en su taxi, es un
reconocimiento a la honradez demostrada por esta persona y de otros muchos. Cristóbal
Gil Martín, hostelero, por su trato amable y diligente, proporcionando
los medios para que la dirección del Curso pudiera celebrar su reunión al
terminar el acto, hoy se encuentra indispuesto motivo por el cual no ha podido
estar presente para recibir en mano nuestro reconocimiento que se le hará
llegar oportunamente. Miguel Ángel Santizo Rodríguez, conocido como el
tío de la caña, nuestro reconocimiento es por su labor en el mundo de las
cofradías de encender las velas que alumbran a los Sagrados Titulares en sus
respectivos pasos con la maestría de una saga familiar de varias generaciones
en ese cometido, autor del
libro bajo el titulo "la saga de los Santizo" en el que relata como
han llegado a ser la quinta generación de artífices del encendido de la
candelería que embellece esos pasos de palio en la noche, es hijo de Manuel, miembro y colaborador durante un tiempo del Curso cuya participación fue muy valorada. Gabriel Solís Carvajal,
magnifico pregonero y mejor artista tras su cámara fotográfica, plasmando los matices y la luz que vemos y disfrutamos en Sevilla, la ciudad del color, recogiendo esos
rincones que por sí solos son tema suficiente para el pintor paisajista.
José Alberto Pantoja Martín, artesano lutier recientemente fallecido,
ha recogido nuestro reconocimiento su hijo Francisco Alberto Pantoja Ortiz que se ha hecho cargo de su taller, de
sus manos han salido extraordinarias guitarras que siguen sonando en los cinco
continentes, gracias a guitarristas de la talla de Manolo Franco, Eduardo
Rebollar o el maestro tristemente desaparecido Paco de Lucía. Y por último y de
manera inesperada, el que suscribe, aunque en este premio están representados
todos los compañeros que colaboran con este Curso para que mantenga la
vitalidad que imprime y nos transmite nuestro Director. A todos ellos
nuestro agradecimiento porque entre todos hemos conseguido celebrar un ciclo
académico plagado de actos, unos mas interesantes que otros, pero todos ellos
han despertado el interés que a priori se pretendía.