Ayer en el Excmo.
Ateneo tuvimos el placer de volver a reencontrarnos con un buen amigo del
Curso, Don Salvador Vélez Arenas, y como en anteriores intervenciones,
ésta no iba a ser diferente, nos trajo un extraordinario documental sobre la
Catedral de Sevilla. Como siempre, en sus documentales nos trae una visión
distinta e interesante sobre el monumento en cuestión, imágenes que de otra
manera nos pasarían desapercibidas, pero su magistral profesionalidad en la
cinematografía, sabe captar esos rincones que se suelen pasar por alto al
realizar una visita. Pero no son sólo las imágenes, sino que la locución
también tiene su importante labor documentalista, ya que nos introduce en la
historia del monumento, los arquitectos que intervinieron en su construcción,
los canteros que supieron esculpir la piedra, los artistas que realizaron sus
vidrieras o los escultores que dieron forma al mármol. El solar que hoy ocupa
el mayor templo gótico de la cristiandad era la antigua mezquita mayor de la
Sevilla almohade, de la que nos queda el alminar o Giralda y el Patio de los
Naranjos, construida por orden del califa Abu Yacub Yusuf en 1172. Tras la toma
de la ciudad, en 1248 por el Rey Fernando III de Castilla, se adapta para el
culto cristiano, pero el tiempo, testigo inexorable de su deterioro, aconseja
la construcción en 1401 del nuevo templo, para lo cual se utilizaron piedras
traídas de Jerez y el Puerto de Santa María. Sus medidas serían de 398 pies de
largo de este a oeste y de 291 de ancho de norte a sur, sería la tercera mayor
del mundo, tras San Pedro de Roma y San Pablo de Londres, la ornamentación
interior es muy sencilla, no hay complicadas filigranas, simplemente se compone
de resaltos en los pilares, arcos y cimbras de las bóvedas, en los marcos de
las ventanas y en los antepechos. Sin embargo se enriquece con la nueva
pavimentación de mármoles blancos y negros colocada entre 1789 y 1793, en la
que se grabaron cuidadosamente las inscripciones que había en la anterior
solería y lápidas de enterramiento. Consta de cinco naves de tránsito con
capillas entre sus contrafuertes, los pilares son de sección romboidal. Nueve
puertas dan paso a su interior y noventa y tres vidrieras le proporcionan la
luz necesaria. Posteriormente en su fachada Este se le añade la Capilla Real
como Sepulcro Real. Su altar mayor cuenta con el Retablo mas grande de la
cristiandad de estilo gótico con elementos renacentistas en su terminación,
presidiendo el altar se encuentra la Virgen de la Sede, realizada a mediados
del siglo XIII en madera y recubierta por placas de plata, delante de esta
imagen y sobre la mesa se encuentra el Sagrario, obra de indiscutible belleza
realizada por Francisco Alfaro en 1596, está adornado por columnas y en su base
aparecen en los intercolumnios figuras de profetas y ángeles sobre la cornisa,
una cúpula y su linterna rematan esta obra de arte. El Retablo Mayor mide
veinte metros de alto por dieciocho de ancho, gótico y de madera de alerce.
Consta de siete calles verticales diseñadas por Dancart en 1482 hasta que en 1492
fallece y siguen su obra otros artistas concluyendo en 1526 con la imaginería, el
dorado y estofado realizado por Alejo Fernández, a este conjunto se le
añadieron posteriormente, en 1550, las dos laterales en ángulo y cuatro
horizontales más un banco en la parte inferior. En total, cuarenta y cuatro
escenas ricamente talladas de las vidas de Jesús y la Virgen María. En la parte
superior, se eleva un frontispicio con trece nichos con doseles con los
Apóstoles y la Virgen de la Quinta Angustia y coronando el conjunto un
calvario. Este Crucificado que corona el Retablo Mayor de la Catedral de
Sevilla, es de los más antiguos que se conservan en Sevilla, realizado entre el
siglo XIII y el XIV. El cierre de esta Capilla Mayor se lleva a cabo por unas
espléndidas rejas, tres en total, una al frente y dos en los laterales que
cierran este espacio, la central es obra de Fray Francisco de Salamanca entre
1518 y 1529, autor también de los púlpitos. Es evidente que el documental nos
detalló mas intensamente todo lo que se puede enseñar de un monumento de tal
envergadura, con un patrimonio impresionante en pintura, escultura y
orfebrería. Quizás el señor Vélez sea el autor que mejor ha reflejado los
monumentos y tradiciones de nuestra ciudad en imágenes, por lo que hemos de
sentirnos orgullosos al poderlos contemplar desde la butaca de cualquiera de
nuestras sedes. Enhorabuena una vez mas y agradecerle que en los tristes momentos
que está viviendo, tanto él como el resto de su familia, haya tenido la
deferencia de acompañarnos, en esta ocasión con el apoyo de su nieta María.