Esta tarde en
el Excmo. Ateneo hemos tenido el placer de recibir de nuevo a Don
Nicolás Jesús Salas, buen amigo del Curso y cronista sin igual de
nuestra ciudad. Hoy ha venido para hablarnos sobre la rivalidad de dos grandes
toreros de principios del pasado siglo, bajo el título de “la Sevilla de
Joselito y Belmonte”, dos figuras que representan la gloria que un día la
afición les concedió, dos maneras distintas de ver el toreo, no tanto entre los
propios toreros cómo en esa parte de la sociedad que los apoyaba. La conocida
dualidad sevillana les mitificaba, ambas figuras se engrandecen ante la defensa
que la afición entregada hacía de cada uno, esta mitificación llegó a la
sociedad en general, representando todo un hito que sobrepasó a su propio
tiempo. Como dice don Nicolás para conocer este hecho es preciso conocer la
sociedad de ese tiempo, una sociedad dividida e intolerante con el contrario,
en la que las diferencias se dilucidaban empleando una cierta violencia. En el
caso que nos atañe esa rivalidad era un hecho entre las aficiones, no tanto
entre los toreros, entre los que existía una cierta amistad, pero les venía
bien alimentar ese enfrentamiento y que la pasión en los tendidos se
desbordara, con lo cual la Fiesta salía reforzada y el empresario taurino salía
ganando. Dos toreros distintos, Joselito mas inteligente y elegante y Belmonte
mas intuitivo y valiente, en sí mismos se podía definir a que tipo de
aficionado se dirigía cada uno, entendiendo que entre esos aficionados se
encontraban también aquellos que no entendían del arte del toreo y posiblemente
ni tan siquiera les gustara, tan solo era la justificación para el
enfrentamiento social. Eran tiempos difíciles, pero en lo mas profundo del
sentimiento de ambos y rompiendo con la creencia social de que eran compañeros
y enemigos entre sí, aparecieron juntos en el coche de Joselito para celebrar
su enésimo enfrentamiento en el coso maestrante en 1919, demostrando que se
podía ser rival y no por ello enemigo acérrimo. Además el señor Salas para apoyar
que si se quería conocer este enfrentamiento habría que conocer la Sevilla de
ese tiempo, nos ha aderezado su charla con una serie de fotografías que
muestran el tránsito de un urbanismo pasado al presente y como consecuencia de
ello la desaparición de edificios emblemáticos por mero afán especulativo. Como
siempre es un placer asistir a cualquiera de las charlas por cuanto nos aporta
y para conocer a través de su extraordinario archivo gráfico, nuestro pasado
mas reciente.