…Nazareno coge la vela,
Costalero, hunde el hombro
Que la tarde-noche es larga
Y tus pasos son cortos…
…Aromas, incienso,
Gran Poder, Calvario,
Pasión, Cachorro, Carretería,
hermandades todas ellas,
que caminan en silencio …
Costalero, que ropa de mas
respeto
es tu alpargata y tu faja,
la morcilla que colocas
sobre tu frente y espalda,
para cargar un costero,
traseras y delanteras,
pateros de gran prestigio
que a la voz del Capataz
arrastras tus firmes pasos
con serena majestad…
…Por un pasaje estrecho de
escasa altura,
cruzar el Arco del Postigo,
pareciera que hemos entrado
en el zaguán de esas casas antiguas,
la lentitud de los costaleros
son momentos cumbres
cuando lo cruza muerto el
Calvario,
por el Arco del Postigo
lo cruza Muerto el Calvario…
Para ser buen capataz,
padre, el mejor consejo...
-Hijo, serás más capaz
cuanto tengas más amor
Ojos de águila en la cara,
sentido de proporción,
la voz como el agua clara
y los nervios en razón.
Pero todo no bastara,
hijo, sin el corazón.
Si llevas al Gran Poder,
amor, hijo, y paso a paso...
No hagas al Señor correr,
llevándolo aprisa, acaso
la Cruz le fuerce a caer.
Si llevas a Dios clavado
del madero
hazlo con mimo y cuidado
de enfermero,
dale un paso acompasado
y hazle de pluma el sendero.
Si va vivo, que el dolor
no le dé, andando, la muerte.
Si va muerto, por temor,
hijo, de que se despierte...
Pero en todo caso advierte
que lo trates con amor.
Y si es la Virgen María
con su palio, hermosa toda,
considera que ese día
Sevilla te la confía,
y es Niña que va de boda.
Niña Virgen, sin mancilla,
ni la brisa osa tocarla;
mira que habrás de entregarla
como te la da Sevilla.
Sin que se caiga un clavel,
sin que se te tuerza un
cirio,
sin que el sol mustie la piel
de sus ojeras de lirio...
Llévala -yo así lo hiciera-
como a tu novia, con celo
de que ni el polvo del suelo
le roce su pie siquiera.
Llévala como a una flor,
como un cristal...No, mejor,
llévala -¡Virgen María!-
como a tu madre y la mía,
hijo, con inmenso amor...
Este es, hijo, mi consejo
para ser buen capataz.
Tú empiezas y yo me alejo.
Amor para ser capaz.
Mucho amor, como este viejo,
y serás buen capataz..."
Si Jesús es como Dios,
que a todo el mundo conoce,
a ti, Judas, te escogió
como parte de los doce,
para que entre ellos hubiera
un disidente de Roma,
que en conciencia persistiera
en que cambiasen las cosas.
Fuisteis un pueblo invadido
por las huestes de Pompeyo,
y de entonces sometido
en contra de vuestros sueños.
Sentías en tu interior
como si fuera carcoma,
las leyes del invasor
que os imponían de Roma.
No te tratan con justicia
todos los textos sagrados,
pues lo que tu perseguías,
era un pueblo liberado…
Viene a lo lejos,
llena de luz,
blanca de azahar,
y es un reflejo
de sol en la Madrugá.
Escalofrío
me da al oír
este cantar,
entre tambores
y voces del capataz.
En el Arco de la Macarena,
nardo y yerbagüena,
la Virgen está,
Esperanza que ríe su pena,
morena,
Niña de Gracia llena
y Reina de la Madrugá.
¡ Guapa, guapa! se oye
gritar.
Sevillana que ríe su pena,
Azucena,
Niña de Gracia llena
y Reina de la Madrugá.
Pasa la Gracia,
pasa la Luz,
pasa la Flor,
pasa Sevilla,
pasa la Madre de Dios.
A MADRE TERESA DE CALCUTA
¡Fuiste regalo del Cielo
para aliviar mucha pena;
del gran dolor que condena
fuiste la ayuda y consuelo;
tú te inclinabas al suelo
ante un ser en su agonía,
lo cuidabas cada día,
lo tratabas con amor,
y aliviado en su dolor,
aún muriendo te sonreía!
¡Por caminos anduviste,
siendo alguno pedregoso,
pero fue bello y hermoso
el amor que repartiste!
¡Y si al Cielo ya te fuiste,
has dejado tu gran obra
aliviando la zozobra
que sufre la humanidad,
ejemplo de la verdad,
por lo que Santa te nombra!
MUERTE EN LA HOGUERA DE JUANA DE ARCO
En la hoguera agonizaba
con su misión ya cumplida,
desmadejada y herida
¡la rosa se deshojaba!
Pero en la Historia quedaba
aquella flor de pasión,
que luchó con ilusión
envuelta de su inocencia.
A nadie pidió clemencia
en medio de su sufrir,
¡ven... Jesús...! dijo al
morir,
al final de su existencia.
SOBRE GALILEO Y EL AVANCE DE LA CIENCIA
Sobre el inmenso Universo
puso el hombre su mirada
y tal vez buscando un algo
que su interior le indicaba.
Sí, el científico estudia,
la investigación avanza,
los grandes descubrimientos
son muy dignos de alabanza.
El hombre sabio y creyente
su fe en Dios no la aparta,
guardada la lleva siempre,
cuidada dentro del alma.
Galileo fue un gran sabio,
y su verdad comprobada,
al igual que su gran fe
jamás fue por él violada.
Aunque por miedo a la
hoguera,
con gran terror abjurara
que él estaba equivocado,
pues sólo así se salvaba.
Y abjuró entristecido,
lleno de miedo y de rabia,
por temor a aquel suplicio
que seguro le esperaba…
Masa madre:
100 gr de Harina de Fuerza
10 gr de Levadura Fresca
60 ml Agua
Masa de la mona:
410 gr de Harina de Fuerza
25 gr de Levadura Fresca
3 Huevos
140 gr de Azúcar
80 ml de Aceite de Oliva y Ralladura de
una Naranja
15 ml de Agua de Azahar
Pasos de la receta:
1.- En primer lugar vamos a preparar la
masa madre ya que la tenemos que dejar reposar 1 día.
2.- Para ello vamos a calentar un poco
el agua y vamos a disolver en ella la levadura.
3.- A continuación añadimos la mezcla a
la harina y lo amasamos hasta que quede una mezcla homogénea. 4.- Lo ponemos e
un cuenco y lo tapamos con papel film .Al día siguiente ya podemos ponernos a
preparar nuestra mona.
5.- Deshacemos con las manos la
levadura en la harina.
6.- Le añadimos la masa madre y
mezclamos un poco.
7.- Lo siguiente que vamos a hacer es
incorporar los huevos batidos, el aceite, el azúcar, la ralladura de naranja y
el agua de azahar.
8.- Lo mezclamos bien. Esta masa es muy
pegajosa así que nos podemos ayudar con una batidora de varillas. Si no tenemos
nos engrasaremos las manos con aceite.
9.- La dejamos reposar durante 1h
aprox. Pasado este tiempo vamos a proceder a dar forma a nuestras monas.
10.- Nos engrasamos las manos y el
banco de trabajo con aceite y volcamos la masa.
11.- Cortamos la masa en dos con ayuda
de un cuchillo.
12.- Ahora ya le damos forma a nuestra
mona y en el centro se pone un huevo duro.
13.- Ponemos las monas a reposar sobre
la bandeja del horno forrada con papel vegetal.
14.- Cuando veamos que ha subido la
masa, batimos un huevo y pintamos la mona, esto le dará el color doradito.
15.- Cogemos azúcar y si queréis también
virutas de colores que se espolvorean sobre la mona.
16.- Ahora precalentamos el horno a
175C° y horneamos las monas durante unos 20 min.
17.- Cuando las veamos doraditas las
pinchamos con un palillo, si éste sale limpio ya tenemos nuestras monas hechas.
Suerte…
Para finalizar don Antonio Bustos homenajea a Marisa Cerdá,
buena amiga, por su maravillosa, desprendida y dilatada colaboración con el
Curso, haciéndole entrega de nuestro Giraldillo de Honor, un humilde premio
para que su abnegada labor por la Cultura se vea recompensada con el agradecimiento y el cariño de
todos los miembros de este Curso de Temas Sevillanos.