Hoy en el Excmo. Ateneo hemos celebrado un acto sobre
el mito de Don Juan, un exhaustivo análisis sobre el Drama sevillano de Don
Juan Tenorio, título de la conferencia que nos ha ofrecido Don José María
Castro Velasco. Tirso de Molina fue el primer dramaturgo precursor de este
personaje, aunque sería Zorrilla en el siglo XIX el creador de la versión romántica, en Europa también se multiplicaron las versiones sobre este tema, cómo el
Don Juan de Moliére o Valle Inclán en sus sonatas, incluso Mozart lo contempla
y así en numerosas otras obras. Todas las versiones tienen en común al personaje
seductor y conquistador, sensual y simbolo de masculinidad, el cínico y trasgresor,
el canalla y frívolo, llevándole incluso a despreciar la propia religión. Hasta
los árabes le encuentran su similitud con un personaje del siglo V, que también
era un burlador y seductor famoso entre las mujeres, incluso desafió la ira
divina. De todos ellos será el Don Juan de Tirso el que estaría a la altura de los
grandes personajes de la literatura universal, cómo Don Quijote o Hamlet. En Sevilla el
modelo con el que se quiere asimilar es con Don Miguel Mañara, aunque éste nació con
posterioridad al Burlador de Sevilla, también era un gran seductor y
pendenciero en su juventud. Siendo Tirso de Molina el primero, anteriormente ya existía el donjuanismo
en la literatura, como en Fuenteovejuna de Lope de Vega, aunque en este caso la
conquista de la fémina se hacía con una cierta brutalidad feudal abusando del poder,
en el caso de Tirso es un caballero apuesto y cortesano, elegante y de
refinados modales, defensor del honor propio, como cuando le contesta a la
estatua del Comendador asesinado por él “Honor tengo y la palabra cumplo porque
caballero soy”, dando muestras de un cinismo y petulancia espectacular, aunque
sabe hacerlo con gran elegancia para hacerlo atractivo. Este Burlador pasó
inmediatamente a Italia en donde se crearon varias versiones, luego pasó a
Francia con Moliére, pero con el romanticismo del siglo XIX el personaje cambia,
si hasta ese momento acaba castigado al infierno por sus pecados, con el
romanticismo Don Juan toma un nuevo rumbo, en el de Zorrilla aparece como un
católico convencido, deja de ser el fanfarrón impenitente nada libertino aunque
sigue siendo el caballero seductor en la búsqueda de la mujer amada. En el
pasado siglo XX ilustres estudiosos analizaron a nuestro personaje, determinando
que el sentimiento de virilidad, escondía ciertas carencias emocionales, quizás
escondiera su homosexualidad o bisexualidad. En cuanto al escenario en el
que transcurre la obra, Sevilla, en tiempos del Burlador era una de las ciudades
mas importantes del mundo, aquí convivían aún muchos de los artistas y familias poderosas, al abrigo de la riqueza que llegaba de las tierras del Nuevo Mundo. Esta no ha sido una
conferencia improvisada, ha sido estudiada y documentada exhaustivamente por
nuestro interviniente, una de las personas que periódicamente se presta a colaborar
desde nuestra tribuna, ofreciéndonos temas como el de hoy, tan oportuno en un
mes en el que tradicionalmente se ha interpretado el mito de Don Juan. Enhorabuena.