Esta tarde en el
Casino Militar hemos celebrado un nuevo acto dedicada a la cerámica, para ello
nos ha visitado nuevamente don Manuel Pablo Rodríguez Rodríguez, gran conocedor
del ceramista Niculoso Pisano, algunas de cuyas obras podemos verlas en nuestra
ciudad. Cómo miembro destacado de una asociación que lucha por mantener vivo el
recuerdo y la obra de un artista ceramista innovador que un día llegara a
nuestra ciudad al abrigo de la importante industria artesana alfarera, nos ha
ofrecido una charla al respecto con gran profusión de imágenes de los vestigios
que nos quedan en forma de retablos cerámicos y portadas a lo largo de nuestra
monumentalidad. Se desconoce el momento en que llegó a Sevilla pero sí que
sabemos que se asentó en Triana, cerca de los hornos alfareros que hacían
posible el milagro de la azulejería, allí abrió su propio taller y pronto
comenzó a dar a conocer las técnicas que nos trajo de su Italia natal,
obteniendo un gran reconocimiento por lo revolucionario de su quehacer, hasta
ese momento se trabajaba de acuerdo con la tradición mudéjar, cambió el dibujo
geométrico conocido que adornaba el azulejo hasta ese momento al figurativo con
la representación de escenas e introduciendo el azulejo plano policromado que
tras pasar por el horno quedaba fijado el color. En un reciente viaje formativo
del Curso, tuvimos la oportunidad de conocer uno de sus primeros trabajos
realizados en Calera de León, en la provincia de Badajoz, el retablo cerámico que preside la iglesia del
Monasterio de Tentudía, realizado a principios del siglo XVI, en el que pudimos
ver distintas escenas de la Virgen y arrodillados a Pelay P. Correa y Juan
Riero encargado de su construcción, ambos en actitud orante, un retablo con mas de cinco siglos muy bien conservado. En Sevilla podemos
admirar su trabajo en la Portada del Monasterio de Santa Paula, en la que
introdujo a querubines, el revestimiento de azulejos y el escudo real, una
magnifica muestra de su obra de principios del XVI o en el oratorio de los
Reyes Católicos en la primera planta del Real Alcázar, un retablo que nos
muestra a la Virgen María visitando a su prima Santa Isabel, o en la Iglesia de
Santa Ana con la Lauda sepulcral de Íñigo López, o en la Casa de Pilatos, otras
obras suyas se encuentran depositadas en el Museo de Bellas Artes por su
singularidad y belleza, así cómo en otros lugares de nuestra geografía. De todo
ello nos ha hablado nuestro ponente, con la erudición que le ampara como
Historiador del Arte y huyendo de tecnicismo, nos ha ofrecido un magnifico
recorrido por sus obras mas destacadas. Como en anteriores ocasiones hemos
visto que además de saber difundir el legado de este artista innovador,
disfruta con ello, aplicando a su charla el entusiasmo que siente por este ceramista
que en poco tiempo obtuvo el reconocimiento de la clase alta de la sociedad.