Esta tarde en el Real Circulo de Labradores hemos celebrado
un acto musical en el que la Orquesta de Pulso y Púa nos ha regalado un magnífico repertorio, al frente de dicha orquesta se encuentra su
Director, don Manuel Bustos, la coincidencia de su apellido con el Director del
Curso de Temas Sevillanos no implica relación familiar. En esta ocasión nos han
ofrecido un variado recital de obras sobradamente conocidas por todos,
adaptadas por ellos para que los instrumentos de cuerda que componen este grupo
musical las interprete, los componentes que han hecho posible este hecho son,
las guitarras de Miguel Borrego y José Manuel Chía, los laudes de Clodomiro
Díez y del propio Manuel Bustos y las bandurrias de Manuel Puerto y José María
Ruiz, todos ellos han interpretado de manera sublime un total de once piezas,
algunas de ellas sinfónicas y adaptadas magistralmente para que suenen como
hemos podido disfrutar. El recital ha comenzado con Pepita Greus, un pasodoble
torero de Pascual Pérez Chovi. A continuación nos ofrecieron de la adaptación
de el Perro del Hortelano de Lope de Vega, las
Espigadoras, de la zarzuela la Rosa del Azafrán de Jacinto Guerrero. En tercer lugar el popular pasodoble Suspiros
de España. Tras éste sería María la Portuguesa, una copla que popularizó el
recordado Carlos Cano. Tras la copla, el vals las Olas del Danubio, del
compositor y director de orquesta Ion Ivanovici. En sexto lugar tocarían la
Jota de la Dolores, de Tomás Bretón, es curioso pero esta Jota la han cantado
los mas importantes tenores españoles, Plácido Domingo y Alfredo Kraus,
continúan con otro pasodoble muy popular, Campanera, cuyo autoría se le debe a
Genaro Monreal. La siguiente pieza es Katiuska, a la que le sigue otro
pasodoble de la zarzuela la Calesera, su autor es Francisco Alonso. En décimo
lugar escuchamos la Jota de Gigantes y Cabezudos, la música de esta zarzuela es
de Manuel Fernández Caballero. Y cómo el reloj es nuestro censor mas
recalcitrante tuvimos que acortar el recital, aunque tan sólo omitimos una
pieza, la Baturrica, para pasar a la última, el Sitio de Zaragoza, una
composición de Cristóbal Oudrid conocida porque cómo su autor pretendía cuando
la creó, había sido concebida para ser interpretada por bandas musicales, muy
popular entre las bandas militares y sinfónicas. Y hasta aquí este
extraordinario recital de la Orquesta de Pulso y Púa a cuyos componentes, personas con experiencia
acumulada pese a su perpetua juventud, se les ha impuesto nuestra insignia de
honor como reconocimiento a la colaboración desinteresada que mantienen con el
Curso.