Ayer en lo que podríamos
denominar jueves musical pleno, disfrutamos en el Real Círculo de Labradores del
recital de un andaluz enamorado del vecino país, Portugal, Juan Santamaría,
acompañado por la guitarra clásica de Juan José Obes y la bandurria de José Raúl
Yanes. Nos ofrecieron un amplio repertorio de canciones, con el que rindieron
el merecido homenaje a Carlos Cano en algunas de ellas, versionadas por él
propio cantante y dándole su toque particular con los sones portugueses. La
cronología del recital se inicia con “Doraba la luna al río”, versión de un
poema de Juan Ramón Jiménez, a continuación “Coplas de la Violeta”, en la que
se notaban ciertos aires gaditanos. Le siguió “Raiz Amarga” y “Soledad”, que
popularizó la inolvidable Chavela Vargas. La siguiente se basó en otro poema de
Juan Ramón Jiménez, “Esta noche es una brisa”, en la que se unen la propia
melancolía del poeta con el aire del Fado. Le sigue “Luna de Abril”, una
canción destacada del albúm que nos presentó, y con razón, porque es merecedora
de ello. Le siguió una “marcha popular portuguesa” que se suele tocar en las
celebraciones mas señaladas, en recuerdo de Amalia Rodríguez, la inolvidable
cantante de Fados y en la que el público asistente se contagió del momento y
acompañó a Juan Santamaría haciendo el coro. Otro fado, en este caso “Lejos de
Lisboa” y “Sin ti no puedo vivir”, una canción incluida en ese albúm que habla
sobre un amor imposible y no correpondido. Continuó con la popular “Habaneras
de Cádiz", con letra de Antonio Burgos y música de Carlos Cano, en la que
nuestro cantante le imprime su estilo quedando una versión bastante buena,
tanto es así, que fue acompañada por todos con las palmas de tango y recibiendo
el amplio aplauso. La siguiente significaba el homenaje a una de nuestras
tradiciones mas bellas, “Copla a los Seíses”, en la que nos narra el vestuario
y el baile que suelen representar, además del recuerdo a la Inmaculada, una
copla muy oportuna ya que nuestra compañera, Ana Robles, es la promotora del
monumento a estos niños para que sean inmortalizados en un sitio emblemático de
nuestra ciudad, y para terminar, la apoteósis, “María la Portugiesa”, otra
canción de Carlos Cano y que nuestro cantante interpretó como las anteriores,
imprimiéndole su propio estilo, un estilo muy particular, resultado de la
fusión de la copla y los aires portugueses, además de su extraordinaria voz,
resultando un absoluto éxito el recital que contó con la aprobación unánime del
abarrotado salón. Tras este acto nos desplazamos a la cercana Iglesia de San
Esteban, para acudir a la cita con la Banda Sinfónica Municipal, una vez mas
nuestro Ayuntamiento nos brinda la oportunidad de colaboración y nos permite
disfrutar de un concierto realmente sublime, en el que este grupo de virtuosos
maestros componentes de esa prestigiosa Banda, al frente de la cual se
encontraba su Director, en esta ocasión se trataba de Francisco Javier
Gutiérrez Juan, un director que escenifica su manera de sentir la música con su
peculiar y admirable interpretación gestual, que tanto gusta al público
asistente. Asistimos en primer lugar a la presentación del pasodoble dedicado a
Salteras, una pieza compuesta por Francisco Pizarro, homenajeando a ese pueblo,
cuna de grandes bandas musicales, como el Carmen o la Oliva, que tanta repercusión
tienen sobretodo en nuestra Semana Santa. Tras esta presentación se inicia el
concierto en el que Tchaikovsky es el compositor que nos permite deleitarnos a
todos los enamorados de la música clásica, en principio con un poema sinfónico
“Capricho Italiano” y tras éste, la Sinfonía número 6, “Patética”, interpretada por primera vez por esta Banda,
una sinfonía que toma ese nombre tras su estreno, ya que el compositor muere
pocos días después de cólera. Para terminar este sublime concierto, lo hacemos
como lo iniciamos, con Salteras, una extraordinaria composición con la que
nuestro vecino pueblo ve recompensado los desvelos de su Ayuntamiento por
mantener este manantial de prestigiosas Bandas Musicales.