Ayer
tuvimos un breve pero intenso encuentro con nuestro Arzobispo, el Excmo.
y Rvdmo. Don Juan José Asenjo Pelegrina, para hablarnos sobre la
encrucijada de la Iglesia entre dos Papas. Con el salón del Real Círculo de
Labradores absolutamente abarrotado, como lo requería la ocasión, tuvimos el
placer de escuchar las sabias palabras pronunciadas por nuestro prelado. Si el
anterior Papa, Benedicto XVI, era y es el
más importante teólogo del momento, cuya cultura trascendía los muros vaticanos,
su carácter parco, humilde y serio en su proceder, como no podía esperarse
menos de un hombre grande, le hacía parecer al observador distante. Sus homilías las impregnaba de un hondo contenido
doctrinal, lo que a los no creyentes les llevaba a la confusión al entender que
la existencia de Dios supone la sumisión, nada de ello es así, a Dios se llega
voluntaria y desinteresadamente, por la luz de la razón. Su educación y formación
le lleva a escribir la biografía de Jesucristo, suponiendo todo un hito
literario para los estudiosos. Pero su carácter teutón, la seriedad de su
trato, contrasta con el nuevo Papa, Francisco, un Papa totalmente desconocido,
a priori, por los vaticanistas, que no entraba en las cábalas del cónclave en
el que fue elegido como Vicario de Cristo. Toda una magnifica sorpresa, ya que
el tiempo les ha dado la razón a cuantos creyeron en él. La Iglesia necesitaba
el revulsivo que el Papa Francisco está impulsando. Su extraordinaria
trayectoria jesuítica, su cercanía a los fieles y su humildad, traducida a través
de gestos y de hechos, su reinterpretación de la Doctrina de Cristo es su razón
de ser. Quiere una Iglesia misionera, de caminos y no de despachos, que viva la
calle y conozca los problemas cotidianos que acucian a los fieles, una Iglesia
abierta a todos y para todos. Que la voz de Cristo se oiga y se siga. Es un
Papado lleno de simbología para que la labor Apostólica llegue y sea cercana. Diálogo
con otras confesiones, que prevalezca lo que nos une y no lo que nos separa. Dos
Papados bien distintos por la personalidad de los que lo representan, pero un
mismo fin, dos formas de proceder. Nuestro Prelado, Monseñor Asenjo hizo
hincapié en la labor caritativa que nuestra Iglesia realiza a través de Cáritas
Diocesanas, prestando la valiosa ayuda a tantos perjudicados por la profunda
crisis en la que estamos inmersos, provocada por los más poderosos. Ha sido
todo un honor para nuestra Institución haber podido compartir estos momentos
con nuestro máxima Autoridad eclesial, al que le agradecemos su visita y sus
palabras en el Curso de Temas Sevillanos.