Hoy hemos celebrado en el Círculo Mercantil una nueva sesión, en esta
ocasión ha sido sobre “El agua como elemento de inspiración del flamenco”, para
ello nos ha acompañado Don Vicente Flores Luque, Catedrático
de Ingeniería Química, persona con vinculación con el agua por su lugar de
nacimiento, Triana, barrio que siempre ha mirado al río. El flamenco no siendo
considerado una de las bellas artes, en ciertos aspectos sí lo es, uno de los
elementos la danza tiene un especial protagonismo, pero aún no estando incluido
en esa clasificación, nadie puede negar que es un arte en su concepción y
producción. Del flamenco se dice lo mismo que de la copla, el flamenco es flamenco
cuando lo canta el pueblo, pero cuando lo canta el pueblo se olvida el autor. El
otro concepto, el agua, no sólo forma parte importante de nuestro soporte
vital, sino que muchas de las situaciones que podemos vivir las asimilamos con
el agua en cualquiera de sus aspectos, como por ejemplo el dicho de “del agua
mansa me libre Dios, que de la brava me libro yo” o como dijo García Márquez,
cuando el Lebrijano canta se moja el agua. Unas veces el agua es remedio y
otras es incapaz de apagar un fuego, en esta ocasión se trata del fuego que se
siente por amor. En muchas letras adaptadas al flamenco, los poetas, poetas de
la talla de los Hermanos Machado y su padre que escribía bajo el seudónimo Demófilo,
o Rafael Alberti, Rosales, Lorca o Benitez Carrasco, han utilizado este
elemento para componer la letra, en general son pequeños dramas de amores y
amoríos que se apoyan en ese elemento para construir unos versos. En algunas de
las poesías compuestas, aparece el agua para dar un sentido más contundente a
la idea o mensaje que se pretende transmitir con los versos, aunque a veces la
metáfora lo que hace es darle un aspecto más bello, como en los poemas
siguientes.
Ni to el
agüita del mar
Ni toíta el
agua del río
Ni con toa
el agua del mar
Podrán
apagar el fuego
De un
corazón encendió
O en éste otro,
Sombra le
pedí a una fuente
Agua le pido
a un olivo
Porque me ha
puesto a mí tú querer
Que yo no sé
ni lo que me digo
O el siguiente,
Y de la
tierra soy río
Tú eres el
agua del mar
Yo de la
tierra soy río
Bajo del
monte bravío
Y entre tus
aguas salás
Se pierde mi
poderío.
Ha sido además de muy
interesante una conferencia muy simpática, no sólo porque nuestro ponente goza
de esa cualidad, sino que las letras en algunas ocasiones son tan extremistas
que nos arrancan una sonrisa. Son letras de un pasado que nada tienen que ver
con el presente, aunque es indudable que si se siguen cantando es porque el
pueblo lo sigue demandando. Le agradecemos su presencia en el Curso de Temas
Sevillanos.