FUNDAMENTOS


2/2/15

2/2 D. VICENTE FLORES LUQUE



Hoy hemos celebrado en el Círculo Mercantil una nueva sesión, en esta ocasión ha sido sobre “El agua como elemento de inspiración del flamenco”, para ello nos ha acompañado Don Vicente Flores Luque, Catedrático de Ingeniería Química, persona con vinculación con el agua por su lugar de nacimiento, Triana, barrio que siempre ha mirado al río. El flamenco no siendo considerado una de las bellas artes, en ciertos aspectos sí lo es, uno de los elementos la danza tiene un especial protagonismo, pero aún no estando incluido en esa clasificación, nadie puede negar que es un arte en su concepción y producción. Del flamenco se dice lo mismo que de la copla, el flamenco es flamenco cuando lo canta el pueblo, pero cuando lo canta el pueblo se olvida el autor. El otro concepto, el agua, no sólo forma parte importante de nuestro soporte vital, sino que muchas de las situaciones que podemos vivir las asimilamos con el agua en cualquiera de sus aspectos, como por ejemplo el dicho de “del agua mansa me libre Dios, que de la brava me libro yo” o como dijo García Márquez, cuando el Lebrijano canta se moja el agua. Unas veces el agua es remedio y otras es incapaz de apagar un fuego, en esta ocasión se trata del fuego que se siente por amor. En muchas letras adaptadas al flamenco, los poetas, poetas de la talla de los Hermanos Machado y su padre que escribía bajo el seudónimo Demófilo, o Rafael Alberti, Rosales, Lorca o Benitez Carrasco, han utilizado este elemento para componer la letra, en general son pequeños dramas de amores y amoríos que se apoyan en ese elemento para construir unos versos. En algunas de las poesías compuestas, aparece el agua para dar un sentido más contundente a la idea o mensaje que se pretende transmitir con los versos, aunque a veces la metáfora lo que hace es darle un aspecto más bello, como en los poemas siguientes.  
Ni to el agüita del mar
Ni toíta el agua del río
Ni con toa el agua del mar
Podrán apagar el fuego
De un corazón encendió
O en éste otro,
Sombra le pedí a una fuente
Agua le pido a un olivo
Porque me ha puesto a mí tú querer
Que yo no sé ni lo que me digo
O el siguiente,
Y de la tierra soy río
Tú eres el agua del mar
Yo de la tierra soy río
Bajo del monte bravío
Y entre tus aguas salás
Se pierde mi poderío.
Ha sido además de muy interesante una conferencia muy simpática, no sólo porque nuestro ponente goza de esa cualidad, sino que las letras en algunas ocasiones son tan extremistas que nos arrancan una sonrisa. Son letras de un pasado que nada tienen que ver con el presente, aunque es indudable que si se siguen cantando es porque el pueblo lo sigue demandando. Le agradecemos su presencia en el Curso de Temas Sevillanos.