FUNDAMENTOS


2/2/15

31/1 VIAJE A TENTUDÍA


Ayer tuvimos una nueva oportunidad de conocer y a la vez pasarlo bien, en esta ocasión nos fuimos a Calera de León, al sur de Badajoz, un día que a priori se presentaba inestable en lo climatológico, cosa que se confirmó mas adelante, pues el viento y el frio fue aumentando, incluso hizo su aparición la lluvia, pero como dice el refrán, a mal tiempo buena cara, y así se hizo, no nos arredramos y si bajaban las temperaturas nos aumentaban las ganas de seguir pasándolo bien. El nombre de la zona se debe a los tiempos de la reconquista, cuando Fernando III de Castilla le pide a Pelay Pérez y Correa, maestre de la Orden de Santiago, que conquiste estas tierras en manos de los almohades, en pleno fragor de la batalla el día se iba acabando dando paso a la noche y la victoria no llegaba aunque estaba cerca, por lo que el maestre se encomendó a la Virgen clamando ¡Santa María detén tu día! consiguiendo parar el movimiento cuando el sol se encontraba en el horizonte, en agradecimiento por este episodio mandó construir una ermita en el pico mas alto, posteriormente se convirtió en el Monasterio de Tentudía, que después visitaremos.
Tras este pequeño repaso a la historia de esta villa, iniciamos nuestra visita. En primer lugar nos encaminamos a conocer la Conventual Santiaguista de San Marcos, un edificio del siglo XVI de granito, mezcla de gótico tardío y renacentista, sobretodo en la segunda planta del claustro y en su portada principal.
Su edificación se debe a la necesidad de residencia para acoger a los caballeros de la Orden que se establecieron en esta zona. Destacan muchos elementos, pero llaman mucho la atención las filigranas y nervaduras que abundan en las distintas bóvedas, bóvedas de crucería, algunas simplemente decorativas. Del edificio su claustro cobra gran importancia, es de dos plantas y realizado con roca granítica, su planta baja la forman cinco arcos por cada lado que encierran una galería a la que se abren las dependencias monacales, esta galería cuenta con una excelente bóveda de crucería. En la planta alta vemos en cada lado diez arcos que a su vez cierran una galería abierta con una bellísima balaustrada tallada, por todo el conjunto podemos ver emblemas de la orden santiaguina y escudos, cómo la concha peregrina.
 
 
La Iglesia dedicada al Apóstol Santiago, es de una sola nave,  y cuenta en el lado de la Epístola con cuatro capillas hornacinas, la sacristía y la capilla bautismal. Se cubre con bóveda de crucería en forma de estrella, cuyos nervios descansan en pilastras adosadas. El retablo mayor está presidido por un Crucificado del XVI de cierto interés artístico y autor desconocido, a ambos lados se encuentran una serie de pinturas de Eduardo Acosta que representan a los Evangelistas, por encima tres pinturas con la aparición de la Virgen a Pelay P. Correa y a ambos lados dos escenas de la batalla, coronando el conjunto se encuentra la pintura ecuestre del Apóstol Santiago.
 
 
Tras esta visita nos armamos de valor y nos vamos al cerro mas alto de los alrededores para visitar el Monasterio de Tentudía, si el viento ya pegaba fuerte en el pueblo, no os cuento lo que era allí arriba, pero nada para superarlo como el entusiasmo por conocer, como se dijo antes, este edificio se construyó en agradecimiento a la mano que echó la Divinidad para conseguir la victoria ante los invasores. El primitivo edificio, la ermita, se fue ampliando por los sucesivos maestres de la Orden, por los privilegios que se le otorgaron a la Orden por los favores prestados.
 
 
Cuando accedemos al interior del Monasterio lo primero que vemos es su claustro, un claustro mudéjar en el que el ladrillo toma el protagonismo de su construcción. Consta de dos plantas, en la planta baja vemos que su galería recibe su luz por cuatro arcos en cada lado en la que se abren las dependencias conventuales y en su parte alta son cinco los arcos. En la parte central del patio se encuentra un aljibe que dota de agua al recinto. La iglesia de una sola nave y bóveda de cañón cuenta con un retablo realizado en el primer cuarto del XVI por el ceramista italiano Niculoso Pisano, por aquel entonces se encontraba en Sevilla trabajando en muchos de los trabajos que hoy podemos ver en nuestra ciudad, como el Convento de Santa Paula.
El retablo se encuentra presidido por la Virgen de Tentudía, una imagen de candelero que suple a la primitiva del siglo XIII desgraciadamente desaparecida. A ambos lados se encuentran azulejos con escenas de la vida de la Virgen y dos que representan arrodillados a Pelay P. Correa y a la derecha Juan Riero, A la izquierda se encuentra el sepulcro de Pérez Correa recubierto de una excelente colección de azulejos.
A la izquierda de esta nave se abre una capilla que sirve de sepulcro a antiguos maestres de la Orden, en la que se encuentran don Gonzalo de Mexías y don Fernando Osores, ambos aparecen yacentes con los hábitos santiaguinos, en uno de los testeros se encuentra el camarero real don Garci Fernández Mexías. En el panel cerámico central de la capilla se encuentra San Agustín, uno de los Padres de la Iglesia, con los atributos propios de su dignidad, la mitra y el báculo y la pluma cómo doctor en la derecha y en la izquierda la primitiva ermita, en el banco de ese retablo se encuentra la imagen de Santa Catalina de Alejandría con los atributos de su martirio, la rueda con los clavos.
 
 
 
En el lado opuesto de esta capilla se encuentra la Capilla de Santiago Apóstol, de dimensiones similares a la anterior, se encuentra presidida por otro retablo cerámico con la imagen del Apóstol a caballo con armadura, blandiendo la espada y la bandera en la mano izquierda. En el banco se encuentra un azulejo con la imagen de la Virgen con el Niño en brazos.
 
A continuación nos percatamos que el afán por el conocimiento no es contrario a la necesidad del condumio, así que nos encaminamos a Segura de León, el frio ha hecho que busquemos refugio y nos ha abierto el apetito, así que nos sentamos y tras tomarnos una cervecita damos cuenta de un revuelto de bacalao con mucha verdurita que nos han puesto por delante, después nos dan un caldito para entrar en calor, alguno pudo hasta repetir para después dar buena cuenta del filete de secreto de cerdo con champiñones y patatas fritas. De postre una crema de galletas con nata montada, a destacar que se pudo repetir tanto como quisiéramos en bebida y comida, pero lo realmente destacable es la amabilidad del servicio y del dueño del establecimiento, ya que tras comer nos fuimos para visitar el castillo y como era una maratón cuesta arriba, algunas personas decidieron que se quedaban porque no iban a poder subir hasta allí, ante lo cual el citado dueño se ofreció para llevar a cuantas quisieran sin coste alguno.
 
 
El Castillo de la Orden de Santiago, también del siglo de su reconquista, el siglo XIII, fue residencia de los comendadores de la Orden, ocupa la parte alta del cerro en el que se encuentra el pueblo, por lo que para llegar a él tuvimos que subir una larga cuesta con el entusiasmo que nos caracteriza, entre bromas y jadeos, hoy tiene el interés de sus murallas almenadas, a las que por supuesto subimos, excepto algunas que primero fueron tachadas de cobardes por no subir y luego reconocimos que fueron las mas inteligentes, porque solo pudimos ir por ese corredor de almenas que nos llevaban a un lugar sin salida, eso sí desde esa altura se podían admirar los alrededores, desde allí se divisaba uno de los lugares mas tranquilos de la zona, su cementerio, con una capilla de grandes dimensiones.
Cuando nos disponiamos a bajar nos acompañó una copiosa lluvia, que puso a prueba nuestro aguante, al final ganamos, llegamos al autocar y aun nos quedaban ganas de continuar, por lo que Emilio, el incansable, nos llevó a conocer el Convento Franciscano de San Benito.
Este convento del XV anexo a la ermita del Cristo, cuenta con un altar mayor muy característico y peculiar, el retablo del Cristo de la Reja, llamado así porque se encuentra sobre la reja que cierra el presbiterio, se encuentra como colgado sobre ella, es una imagen del siglo XVI.
 
En el edificio conventual destaca su claustro y las pinturas al fresco que decoran toda la galería representando imágenes de escenas franciscanas de cierto valor.
 
 
Durante todo el recorrido que hemos hecho en Segura de León nos ha acompañado muy amablemente y con gran simpatía una joven del pueblo que nos ha ido aclarando tantas y cuantas dudas nos han asaltado además de franquearnos las entradas a los distintos lugares. Llegados a este punto la sola visión del autobús y Evaristo, su conductor, fue suficiente para que el cansancio de todo el día se nos viniera encima, no sin antes comprar la consabida chacina para dar buena cuenta de ella al retornar a casa. Como siempre, nuestras alforjas del saber viene bien repletas por la facilidad con que Emilio acomete este tipo de aventuras. Enhorabuena y esperando ya el próximo viaje a Setenil de las Bodegas y Olvera en Cádiz. A descansar.