Hoy
en el Excmo. Ateneo hemos celebrado un nuevo y muy interesante acto sobre la
cerámica sevillana, su historia, artistas y obras. Para desarrollar este tema
hemos contado con la presencia de un joven licenciado en Historia del Arte, Don
Manuel Pablo Rodríguez Rodríguez, el cual nos ha brindado una
extraordinaria charla sobre esta vertiente artística y de la que en Sevilla
tenemos una gran variedad de obras. La cerámica desde un principio ha estado
muy unida a la historia del hombre, aunque en un principio su uso se limitaba a servir de recipiente, sin embargo no sería hasta el periodo islámico y mudéjar
cuando vivió un auge importante con la llegada de esta cultura, en la que la cerámica
jugaba un papel ornamental importante, siendo Triana el centro en el que se instaló
la industria alfarera. Pero la revolución de este sector se corresponde con la
venida a finales del siglo XV del ceramista y azulejero italiano Niculoso
Pisano, si hasta ese momento el dibujo que se reflejaba era eminentemente geométrico,
con el artista italiano llega la pintura figurativa en este tipo de soporte,
pintar en la cerámica como si fuera el lienzo. Este artista creó escuela en el gremio, de él contamos con gran cantidad de obras, como en la
portada del convento de Santa Paula o en los Reales Alcázares, en ese siglo XVI
surgieron grandes artistas ya que la producción estaba en auge por la cantidad
de encargos, sobretodo de las tierras de ultramar, producción que se mantendría
en el XVII, en el que siguen apareciendo industrias dedicadas a este arte, como
la fundada por la familia Valladares, de la que se conservan ciertas obras en
el museo de Bellas Artes. Los siguientes siglos nos siguen dejando una buena
colección de piezas, como la del XVIII que conserva Don Vicente Carranza,
actualmente expuesta en el Alcázar. De este periodo es la decoración de la
portada de la Iglesia de la Caridad, obras de Juan Díaz las podemos ver en la
Parroquia de Santa Ana o nuevamente en el Alcázar. El siglo XIX supuso el
decaimiento de estas industrias, aunque mantienen un estilo decorativo más
sobrio, imperando el color azul en las copias que realizaban de obras de
grandes pintores como Murillo. Al final del siglo, José Gestoso revitaliza el
gremio promoviendo su rescate, suyo es el lienzo cerámico que decora el dintel de
la Puerta del León o muchos de los diseños que realizó para otros artistas, además
la Exposición Iberoamericana del 29 también contribuyó a dar el empuje necesario
para que surgieran nuevos artistas de la talla de Rodríguez Zuloaga o Pérez de Tudela,
o fábricas como la de Ramos Rejano y su maestro pintor Enrique Orce, que dota a
sus retablos de unos colores muy luminosos. O la dinastía de los Mensaques o tantas
otras que hoy en día ya han desaparecido ante la indiferencia de los sevillanos.
Todo ello nos lo ha sido relatado con la erudición de nuestro ponente, todo un
experto en este arte cerámico y preocupado desde la Asociación a la que
pertenece de Niculoso Pisano, para que este legado se mantenga y sea conocido
por todos. Una tradición que debiera resurgir por lo que aporta al bienestar y
a la contemplación. Ha sido realmente un placer haber podido disfrutar de su
palabra, por lo que le felicitamos y le agradecemos su presencia en nuestro
Curso.