Hoy en el
Círculo Mercantil hemos celebrado el acto dedicado a la Revista Hablada, un
espacio en el que nuestros compañeros realizan sus aportaciones literarias y
tradicionales. Su coordinadora, Marisa Cerdá, comienza con su reflexión sobre
el momento que estamos disfrutando, la Cuaresma, un momento en el que la luz
brilla con una intensidad distinta, su editorial la dedica a la gastronomía
tradicional del tiempo cuaresmal, previo a la Semana de Pasión que pronto
llega, una gastronomía que mantiene la exclusividad de sus dulces, cómo la
torrija y el pestiño, conocido éste último por los antiguos como fruto de
sartén. A continuación el compañero Pepe García nos introduce con su prosa en
la Semana Santa a través de los sentidos, pues su coincidencia con la primavera
es cuando el azahar expele su aroma para embriagarnos a través del olfato, la
vista para deleitarnos del ambiente que se vive en esa Semana Mayor, el oído
para extasiarnos con las múltiples marchas y saetas que acompañan a nuestros
Sagrados Titulares, el tacto por el que se transmite el saludo amistoso y por
último, el gusto, para disfrutar de la amplia oferta gastronómica que se nos
ofrece. En este momento Teresa de la Luz nos brinda su saeta dedicada a la
Virgen de la Estrella, una saeta sentida y emotiva, que una mujer como ella,
polifacética, sabe hacer. A continuación sería Matilde Gullón la que
intervendría, pero un percance casero por mor de la mala suerte, ha tenido una
pequeña consecuencia física que le ha impedido venir, y para la que le deseamos
su pronta recuperación, y deseando volver a verla en cualquier acto de su Curso, sin
embargo este impedimento no le ha privado de realizar su trabajo para la
Revista Hablada, en este caso ha sido Marisa la encargada de transmitirnos los
pensamientos de Matilde, hoy su contenido
era la exaltación del trabajo que realizan los imagineros, de hoy y de
antaño, que han conseguido plasmar magistralmente la iconografía diversa que
podemos en los misterios que procesionan y en los podemos ver escenas
evangélicas. Asimismo ha tenido un recuerdo para esos hombres que con su
trabajo nos acercan esos Pasos, los Costaleros. De nuevo Teresa de la Luz canta
y en esta ocasión su cante está dedicado a los mensajeros de la Paz. Tras ella,
Manuel García nos presenta un poema bellísimo sobre la niña enferma a la que la
Esperanza Macarena le visita en su casa de la calle Feria, cuando inicia su
estación de penitencia camino de la Catedral, un poema muy emotivo, no solo por
su contenido, sino que su espléndida dicción nos hace vivirlo en
presente. Y llegando al final, Manuel Rodríguez Hidalgo nos ofrece su
Exaltación de la Semana Santa, una exaltación sentida, como no podía ser de
otra manera en un cofrade convencido y creyente activo, su exaltación, todo
Teología y Estética, nos hace ver los sentimientos que despiertan los distintos
Misterios en los espectadores, creyentes y no creyentes, pero todos extasiados
ante lo que se les ofrece. La guinda que supone el colofón de este magnifico
acto, lo pone nuevamente Teresa de la Luz y su canto de la Saeta de Antonio
Machado, un final extraordinario como merece el espléndido acto que hemos
vivido. Nuestras felicitaciones a todos ellos.